Voy a ser clara: este año, para mí, la música ha sido crucial. Ha sido de gran ayuda en mi desarrollo personal y profesional, me ha ayudado a escribir mi primer libro, me ha enseñado a amar, sentir, perdonar, e incluso a cosas tan banales como seguir en el gimnasio.
A su vez, y tengo la suerte de poder decir que he disfrutado de mogollón de conciertos y de amigos que, de una forma u otra, me han descubierto a nuevos artistas, veteranos y novatos. Pero igual de maravillosos.
No obstante, me considero una persona que apuesta por la variedad de géneros a la hora de escuchar música. Como solía decir en mis artículos sobre ‘Las canciones que me han hecho feliz esta semana’, soy una henoteísta musical. Todo el mundo debería serlo.
Y tras 365 días, estas son las canciones que me han hecho feliz este 2019.
You’re All I Need, de Motley Crue
I still haven’t found what I looking for, de U2
No Surrender, de Bruce Springsteen
Salir, de Extremoduro
Let’s Have a Kiki, de Scissor Sister
Don’t You, de Simple Minds
Work bitch, de Britney Spears
Un veneno, de C. Tangana
A quién le importa, de Fangoria
New York, New York, de Liza Minnelli
Kiss Me, de New Found Glory
Cello Suite No.1 in G Major, BWV 1007: 1. Prélude, de Bach
The Show Must Go On, de Jim Broadbent, Nicole Kidman y Anthony Weigh
Quiero, quiero y quiero, de Arnau Griso
How It Feel to Be Lose, de Sleeping With Sirens
Chasing Cars, de Snow Patrol
Todo lo que me juraste, de Malva
Besos en guerra, de Morat
Héroes del sábado, La M.O.D.A.
Brass in Pocket, de Pretenders
Creep, de Radiohead
Teenage Dream, de Tyler Ward
Everybody Talks, de Neon Trees
Rootless Tree, de Damien Rice
La fuerza del destino, de Iván Ferreiro y Love of Lesbian